Clinica Dental Valencia

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Información útil

ORTODONCIA INFANTIL

La palabra ortodoncia procede del griego: “ortos” recto y “odontos” diente.La ortodoncia es la rama de la odontología que se ocupa del crecimiento del complejo cráneo-facial, el recambio dentario y las anomalías de la oclusión. Es decir, su objetivo es corregir las irregularidades en las posiciones dentarias.

Lo ideal es hacer una primera revisión del paciente con 6 años, ya que se inicia el cambio de la dentición temporal (dientes de leche) a la dentición permanente (dientes definitivos).

De todas formas, no hay una norma general en cuanto al comienzo de un tratamiento de ortodoncia, pues dependerá del problema que presente el paciente. Habitualmente, un tratamiento con aparatología fija (brackets) se suele iniciar sobre los 12 años, cuando el paciente está acabando el recambio dentario, y desde los 6 a los 12 años se suelen tratar problemas de tipo esquelético (paladares estrechos, mandíbulas prominentes) con aparatología removible o fija (sin usar brackets) para que el resultado final sea más estable.

Normalmente, un tratamiento de ortodoncia fija (brackets) suele durar aproximadamente 2 años. Sin embargo, existen problemas más leves que se pueden tratar en 1 año o en año y medio, y así mismo existen problemas más graves que requieren 2 años y medio o incluso 3 años.

Los tratamientos de ortodoncia interceptiva para corregir problemas esqueléticos varían mucho su duración, ya que dependen de muchos factores: gravedad del problema, colaboración del paciente, respuesta de los huesos…

Básicamente, existen 2 tipos de tratamientos de ortodoncia:

  1. Tratamientos Interceptivos: el objetivo es corregir problemas de tipo esquelético (paladares estrechos, mandíbulas o maxilares adelantados/atrasados…) por lo que interesa realizarlos antes de que el paciente acabe su crecimiento cráneo-facial (6-12 años,aprox.).
  2. Tratamientos con Aparatología Fija: el objetivo es corregir problemas dentales (apiñamientos, giroversiones…) por lo que interesa realizarlos cuando están saliendo la mayoría de los dientes permanentes (12 años, aproximadamente).

Podemos clasificar los aparatos en:

  1. Aparatos Removibles: son los aparatos de “quitar y poner”. Varían desde placas para abrir el paladar, mentoneras, aparatos para frenar el maxilar superior o incluso los típicos aparatos de mantenimiento al acabar el tratamiento.

Aparatos Fijos: son barras fijas que se ajustan en las muelas o, sobre todo, brackets. Los brackets constituyen pequeños artilugios que se pegan en los dientes para poder mover cada diente individualmente. Pueden ser metálicos o estéticos (porcelana) que, al ser blancos, resultan más disimulados.

No son los brackets los que producen caries, sino una higiene deficiente por parte de los pacientes que, al permitir la continua presencia de comida alrededor de los brackets, favorece la aparición de caries. Por eso es muy importante extremar la higiene durante todo el tratamiento ortodóncico.

El objetivo de un tratamiento ortodóncico no es siempre estético. Al corregir una malposición dentaria y dejar los dientes alineados, permitimos al paciente que se cepille todos los recovecos entre los dientes con mayor facilidad, impidiendo la posible aparición de caries o de sarro en el futuro. Además, una correcta oclusión dentaria es fundamental para disfrutar de una buena masticación y alargar la “esperanza de vida” de los dientes.

No hay una edad máxima para llevar ortodoncia. Los dientes se pueden mover toda la vida. Normalmente, el tratamiento se realiza en pacientes adolescentes porque, al estar los dientes recién erupcionados y los huesos menos consolidados, es más sencillo conseguir todos los objetivos estéticos y funcionales de un tratamiento ortodóncico. En los adultos, nos debemos ceñir sólo a situar los dientes armónicamente en la arcada.

ORTODONCIA ADULTOS

La cirugía ortognática consiste en la corrección quirúrgica de problemas del esqueleto cráneo-facial, más específicamente de maxilar y mandíbula. Se realiza dentro de la boca, por lo que no deja cicatrices externas.

Siempre es necesario un tratamiento de ortodoncia previo a la cirugía para garantizar la estabilidad de la oclusión una vez se hayan llevado maxilar y mandíbula a la nueva posición. También es necesario continuar con el tratamiento de ortodoncia tras la operación para poder realizar pequeños ajustes de oclusión y estética dental.

Problemas esqueléticos imposibles de corregir con un tratamiento de ortodoncia convencional. Se trata de casos de maloclusiones severas como prognatismos mandibulares (“bífidos”), protrusión del maxilar superior, mordidas abiertas (caras muy largas), sonrisa gingival extrema y sobremordida extrema.

IMPLANTES

El ser humano ha prolongado mucho sus años de vida y la medicina ha mejorado la calidad de vida de las personas de mayor edad. Uno de los factores más importantes de esta mejor calidad de vida es el mantenimiento de la dentición en buenas condiciones de salud y función. Las caries, los traumatismos o la enfermedad periodontal, son causas que pueden dar lugar a pérdida de dientes.

Cuando el diente está tan destruido que no es posible restaurarlo con un empaste, muchas veces conviene protegerlo de posibles fracturas mediante una corona o “funda”.  Se talla el diente y se cementa sobre el mismo una estructura de metal-porcelana o porcelana que reproduce en forma y color al diente destruido. Así logramos mantener la función masticatoria y la estética.

Serán necesarias varias visitas al dentista para realizar el tallado del diente, tomar las medidas con el fin de reproducir nuestro tallado de boca en un modelo sobre el que trabaja el prótesico. El protésico realizará la corona sobre este modelo.

Los dientes se extraen cuando están tan destruidos que no es posible mantenerlos en boca. La falta de uno o varios dientes deja un hueco que permite que los dientes vecinos y los de la arcada contraria se desplacen hacia él, por la pérdida de puntos de contacto. Eso origina una desestructuración de todo el aparato funcional masticatorio, con repercusiones estéticas y funcionales.

Cuando reponemos un diente perdido:

– Restablecemos la estética.
– Restablecemos la función masticatoria.
– Preservamos los componentes del sistema estomatognático: articulación, músculos, estructuras periodontales y tejidos osteo-mucosos.
– Mejora la salud general porque mejora la alimentación y la digestión.

Según el caso, los dientes que faltan se pueden restaurar con implantes, prótesis fijas o prótesis removibles.


– El implante es un “diente artificial”. Se implanta un tornillo de titanio en el hueso maxilar que realiza la función de la raíz. Para eso hay que abrir un lecho en el hueso con instrumentación quirúrgica y anestesia local. Tras la colocación del implante, es preciso esperar un tiempo a que se produzca la integración entre la superficie del implante y el hueso. Después se coloca una corona cementada al extremo libre del implante.

– Las prótesis fijas o “puentes” pueden realizarse cuando disponemos de dientes a ambos lados de la zona ausente. Se trata pues de varias “fundas” unidas con el objetivo de sustituir un diente ausente, esto se denomina “puente”.  Para eso, hay que apoyarse sobre los dientes de alrededor, por lo que, hay que tallarlos para reducirlos de tamaño. Se confecciona el puente, que simula los dientes que sustituye, y se cementa, es decir, se mantiene fijo en boca.

Los materiales con que se hacen los puentes son variados: aleaciones de metales, oro, resinas o porcelanas, y combinaciones de los mismos. Hoy en día, están de actualidad las coronas libres de metal (sólo de cerámica), por su máxima estética.

 

– En ocasiones, existen tantas pérdidas dentales que la función masticatoria no se puede reponer con sistemas próteticos fijos, de modo que hemos de recurrir a aparatos de “quita y pon” o removibles. Las prótesis removibles están compuestas de dientes y soportes de metal o resina y el paciente se las puede sacar de la boca. Son “completas” si incluyen todos los dientes de una o ambas arcadas y “parciales” si sólo incorporan algunos dientes. Aunque resultan más incómodas de llevar, solucionan los casos en que faltan muchos dientes y no hay apoyos para los puentes.

– Cuando faltan muchos dientes también existen las soluciones combinadas de implantes y prótesis removibles. El implante aumenta la sujeción y estabilidad de la prótesis, y ésta evita el tener que colocar muchos implantes para rehabilitar la dentadura.

ENDODONCIA MICROSCÓPICA

Sí, entonces realizaremos una endodoncia.  Una endodoncia es una intervención que se lleva a cabo para intentar conservar un diente que de otra forma tendría que extraerse. Consiste en la eliminación del tejido pulpar (“nervio” y vasos sanguíneos), que está dentro de las raíces dentarias, para rellenarlas posteriormente con un material especial, la gutapercha.  Así lograremos mantener el diente y su función masticatoria, aunque muchas veces, como el diente queda más debilitado después de la endodoncia, suele ser necesario colocarle una corona para evitar que se fracture.

Casi siempre se precisa anestesia local, por lo que deberá advertir a su dentista si tiene alguna alergia o contraindicación para su administración.  Durante el tratamiento se realizarán varias radiografías. Se accede a la cámara pulpar por medio de una fresa colocada en una turbina. Se eliminan los tejidos infectados, y se limpian y preparan los conductos de las raíces con instrumentos específicos. Los conductos se rellenan con un material de propiedades adecuadas. Se coloca en la corona del diente una obturación (empaste) provisional  que el dentista sustituirá por otra de propiedades definitivas. En casos de gran destrucción del diente, la única solución es la extracción y restauración con prótesis o implantes.

PERIODONCIA

La respuesta a esta pregunta es la enfermedad periodontal, también llamada vulgarmente piorrea. Es la causante de que los dientes se empiecen a mover y, finalmente, se pierdan.  Constituye la principal causa de pérdida dentaria en los adultos. Afecta a tres de cada cuatro personas en algún momento de su vida. Se trata de una enfermedad progresiva y destructiva, de modo que los tejidos que se destruyen (encía, ligamento, hueso) ya no se pueden recuperar.  De ahí la importancia de detectarla y tratarla a tiempo.

La mejor manera de prevenir la Enfermedad Periodontal y la Caries dental (responsables de la pérdida dentaria) es el uso del cepillo de dientes, el hilo de seda o el cepillo interproximal, así como las visitas regulares al dentista.

Manteniendo sus dientes naturales podrá masticar con mayor comodidad y disfrutar de una mejor digestión.  Tendrá una sonrisa sana, complemento natural de su imagen y podrá hablar mejor que con una prótesis dental.  La correcta higiene oral protege su salud y le ahorra dinero. Mediante la prevención de problemas dentales, sus costes de tratamiento se reducirán drásticamente.

La principal responsable de la Enfermedad periodontal (así como de la caries) es la placa bacteriana. La placa dental bacteriana consiste en una película incolora y pegajosa que se forma constantemente entre los dientes, incluso en ausencia de comida.  La eliminación cuidadosa de la placa mediante el cepillado diario y el uso de la seda dental o cepillo interproximal le ayudará a prevenir la Enfermedad Periodontal y las Caries.  Pero la placa bacteriana y la falta de higiene no son las únicas causas de la enfermedad periodontal: influyen también los factores genéticos y los factores del propio huésped.

Los primeros signos y síntomas que aparecen en las fases más tempranas de la enfermedad (gingivitis) son el enrojecimiento e hinchazón de las encías, y el sangrado de las mismas, ya sea al cepillarse los dientes o de un modo espontáneo.

Cuando la enfermedad avanza y evoluciona a una periodontitis (piorrea) suelen aparecer otros síntomas tales como:

– Retracción de las encías, sensación de dientes más largos.
– Movilidad de los dientes por pérdida de hueso de soporte.
– Separación de los dientes.
– Aumento de la sensibilidad dentaria, sobre todo al frío.
– Sensación de quemazón y dolor de encías.
– Mal aliento.
– Aparición de abscesos y flemones en la encía.

ODONTOLOGÍA GENERAL

Los primeros dientes de leche o temporales suelen erupcionar sobre los 6 meses de vida y los últimos dientes temporales erupcionan sobre los 2 años y medio.

Los primeros dientes permanentes en erupcionar son los incisivos, que sustituyen a sus homólogos temporales a partir de los 6 años. Además, sobre la misma edad erupcionan los primeros molares, pero estos no sustituyen a ningún diente temporal. Después del primer recambio dentario, se produce una fase de descanso y, normalmente, desde los 9 a los 12 años hacen erupción todo el resto de dientes permanentes (caninos, premolares y segundos molares), salvo, por supuesto, los terceros molares (cordales o muelas del juicio) que erupcionan tardíamente y con mucha variación de edad entre los pacientes.

Los dientes permanentes están diseñados para durar muchos años. Participan activamente en la masticación, por lo que son dientes (en general) más grandes, más fuertes y menos blancos que los temporales.

Sí, las caries en los dientes temporales deben tratarse siempre, a no ser que el diente esté a punto de reemplazarse. La razón de tratar estas caries es evitar focos de infección que pudiesen afectar a otros dientes o al diente definitivo que va a sustituir al temporal. También es importante tratar las caries para evitar pérdidas prematuras de dientes temporales que, a la larga,originan falta de espacio para los dientes permanentes.

Las caries de la primera infancia o “caries de biberón” se pueden producir desde que aparecen los primeros dientes en boca y se deben a la confluencia de varios factores:  bacterias cariógenas, dientes susceptibles, hidratos de carbono fermentados (dulces, leches…), el tiempo que estos dientes estén expuestos a los ácidos derivados del azúcar y una higiene oral deficiente. Por este motivo es muy importante que el paciente nunca duerma con un biberón conteniendo líquidos azucarados, ni con chupetes untados con miel o azúcar.

Lo recomendable es iniciar los cuidados dentales a partir del año de vida, aunque sólo sea para obtener información sobre cómo evitar la aparición de caries en el futuro (instrucciones de higiene, dieta), ya que la caries es la enfermedad crónica infantil más común en España.

El chupete permite al niño reducir la ansiedad y el dolor durante la erupción de los dientes pero no debe permitirse su uso a partir de los 3 años. Hasta esa edad los daños en la dentición son reversibles, pero si el uso del chupete continúa en el tiempo puede producir problemas de oclusión muy difíciles de corregir.  

CIRUGÍA ORAL

Existen ciertas patologías que pueden ser tratadas mediante cirugía oral y anestesia local.  Es el caso de los terceros molares (muelas del juicio) incluidos, implantes (de los cuales ya hemos hablado anteriormente), cirugía periapical, extracción de quistes o caninos incluidos y biopsias.

Cuando el tercer molar (muela del juicio) está parcial o totalmente incluido y provoca infecciones (muy frecuentes, sobre todo cuando está parcialmente comunicado con la boca), daños a los dientes vecinos (caries, patología periodontal), quistes y, en raras ocasiones, tumores.

Con la ayuda de un examen clínico y una ortopantomografía (radiografía de toda la boca), se puede a menudo predecir si un tercer molar va o no va a causar problemas en un futuro.  Si se prevén futuras complicaciones, se recomendará la extracción del mismo, en lugar de esperar a que ocurran. La extracción suele ser más sencilla en los pacientes jóvenes, porque las raíces no están desarrolladas totalmente y el hueso es menos denso.  Generalmente, después de la intervención, estará unos días inflamado y molesto. Si sigue las instrucciones postoperatorias del cirujano maxilofacial y toma la medicación que este le recomiende, podrá acelerar la recuperación y disminuir las molestias.

Hay varios tipos de quistes maxilares. Los más frecuentes (quistes radiculares) se producen por infecciones crónicas de origen dentario. Los quistes, al crecer, van destruyendo el hueso adyacente y formando grandes cavidades en el interior del maxilar o de la mandíbula. También se pueden infectar, y por eso deben ser extirpados quirúrgicamente.
Cuando existe una área periapical cerca de la raíz de un diente que no desaparece con una correcta endodoncia, se procede a la extirpación de esta lesión (normalmente se tratará de un quiste) así como de la parte de la raíz relacionada con ésta («Apicectomía»).

En ocasiones, los caninos (colmillos) no hacen erupción, y quedan dentro del maxilar. Si este es su caso, el cirujano puede aconsejarle la extracción quirúrgica del mismo para evitar complicaciones (quistes, infecciones, daño a dientes vecinos) o bien un tratamiento combinado junto con un ortodoncista para intentar llevar al diente incluido a su posición normal en la arcada.

El cirujano puede recomendarle realizar una biopsia para el diagnóstico de algunas lesiones de la cavidad oral. Mediante una biopsia, extirpa una pequeña porción de tejido que enviará al laboratorio de Anatomía patológica para que lo estudien bajo el microscopio médicos especialistas. Esta técnica permite confirmar el diagnóstico clínico de sospecha y puede ser imprescindible para el adecuado tratamiento de su problema.

HIGIENE

Existen una serie de procedimientos que ayudan a mantener una buena higiene bucal.  Por supuesto, lo más importante es el cepillado, pero hay otros métodos auxiliares. Actualmente, el uso del cepillo dental y pastas dentífricas fluoradas es casi universal.

En la eficacia del cepillado influyen tres factores: el diseño del cepillo, la habilidad del individuo para utilizarlo y la frecuencia y duración del cepillado.

Se recomienda un cepillo suave o de dureza media y con cabezal pequeño para acceder a todos los recovecos sin dañar las encías. En casos excepcionales, el dentista le puede aconsejar un modelo alternativo.

Existen numerosos cepillos, tanto manuales como eléctricos, disponibles en el mercado. No hay evidencia científica que demuestre que un diseño sea superior a otro.

Los cepillos eléctricos pueden ser beneficiosos en pacientes periodontales, con una destreza manual limitada, o que necesiten una motivación especial.

La técnica de cepillado ideal es la que permite la eliminación completa de la placa en el menor tiempo posible, sin causar ninguna lesión a los tejidos. El sistema de cepillado no es tan importante como el interés que el paciente demuestre en su uso.

Cabe destacar la técnica vertical, ya que es sencilla y fácil de aprender. La cabeza del cepillo se posiciona en un ángulo de 90º respecto de la superficie dentaria y se realiza un movimiento vertical, de arriba abajo. Las superficies dentales masticatorias y las que miran hacia la lengua o el paladar se cepillan con la boca abierta, mientras que las superficies que miran hacia las mejillas se limpian con la boca cerrada.

Asimismo, la Técnica de Bass es muy útil en pacientes periodontales, cuyo cuidado dental ha de ser más exhaustivo y constante. Se posiciona el cepillo formando un ángulo de 45º respecto al eje longitudinal del diente, con los filamentos dirigidos hacia la encía, y lo introducimos ligeramente en ella con movimientos cortos. Pueden limpiarse a la vez de 2 a 4 dientes: primero las superficies de la lengua y el paladar, y después las de la mejilla. Se trata de lograr una limpieza por debajo de la encía a 0,5mm de profundidad.

La rigidez del cepillo, así como el método y frecuencia de cepillado pueden producir lesiones en la encía (erosión y retracción gingival) y en los dientes (abrasión de la superficie dentaria). Por tanto, no es conveniente un cepillo excesivamente duro y el cepillado debe realizarse de manera sueave, sin excesiva fuerza. 

  1. La seda o el hilo dental: es el método más universal y fácil de utilizar. Existen dos tipos: con o sin cera. No hay diferencia en cuanto a su eficacia. Al utilizarse correctamente, elimina hasta un 80% de la placa de entre los dientes. Puede introducirse hasta 2,5mm por debajo de la encía.
  2. Cepillos interproximales: son fáciles de utilizar. Presentan diferentes tamaños y formas para ajustarse al espacio entre los dientes. Son muy útiles y apropiados en los casos de raíces expuestas con concavidades o depresiones y espacios negros entre los dientes. Si no se utiliza correctamente pueden generar hipersensibilidad dentaria.
  3. Irrigadores Bucales: están diseñados para eliminar los restos de placa mediante la acción mecánica de una corriente de agua. Reducen la gingivitis cuando se usan como complemento del cepillo. Están recomendados en los casos de pacientes con puentes fijos y aparatos de ortodoncia.
  4. Raspadores linguales: el dorso de la lengua alberga gran cantidad de bacterias que pueden diseminarse a otras partes de la cavidad bucal, por lo que es conveniente limpiarse también la lengua. Se recomienda a pacientes con halitosis y periodontitis.

La pasta contribuye a eliminar la placa dental. El flúor es el componente permanente de la mayoría de las pasta dentales, ya que es beneficioso para la prevención de caries, pero no se ha demostrado su eficacia en el control de la inflamación gingival. Por consiguiente, se han incluido sustancias con propiedades antibacterianas, antisarro y desensibilizantes en los dentífricos. Existen también pastas que ayudan a blanquear los dientes. Pida consejo al odontólogo acerca de la pasta que más le conviene.

Al igual que las pastas, los colutorios o enjuagues bucales contienen productos beneficiosos para los dientes, como el flúor (que evita la aparición de caries), la clorhexidina (que es un potente antibacteriano y ayuda a combatir las enfermedades de la encía u otras infecciones) o incluso productos desensibilizantes (para dientes extremadamente sensibles a los estímulos térmicos -calor o frío-).